Cuidado: Modo de actuar de la persona que pone interés y atención en lo que hace para que salga lo mejor posible.«
Cuando hablamos de cuidado en Jacarandá, nos referimos a la acción de atender los intereses, observaciones, necesidades, deseos del niño. Hablamos de atender con interés; interés de comprender y empatizar con lo que el niño/a nos comunica desde sus palabras, cuerpo, mirada, juego.
Este interés – mutuo – es la primera posibilidad que nos da el niño/a para generar un vínculo de confianza y seguridad. Uno de los primeros cuidados que tiene el cuidador es el del vínculo, cuando este vínculo está siendo cuidado desde el interés y atención, el niño se siente libre de explorar el espacio en el que se encuentra y compartir contenidos de su mundo interno con quien lo esté acompañando, mostrando así todo lo que involucra esta libertad: inocencia, curiosidad, expresiones emocionales, etc.
Otro momento importante que cuida el cuidador es el juego. Cuando se crea un vínculo con el niño/a y te permite entrar en su mundo, lo hace a través del juego. El juego en gran medida es la expresión de su mundo interno, todo el contenido que provenga de afuera y sea relevante o identificante empieza a tener un simbolismo dentro de su juego, dándoles un significado más concreto. Dentro de este proceso la imaginación tiene un rol importante, ya que está presente de manera transversal en todos los procesos que puede pasar el niño, la imaginación será su herramienta más innata para aprender y desaprender lo que esté en su entorno. Entonces, la cuidadora buscará cuidar la imaginación desde sus diversas expresiones.
Estos aspectos son identificados y cuidados desde la observación; es así que cuidador/a significa para nosotros un observador del juego, de la imaginación y del vínculo, un observador atento e interesado por conocer la esencia que cada niño expresa con diferentes lenguajes. En ese sentido, el cuidador también acompaña con herramientas para que el niño/a pueda tener más posibilidades de lenguajes de expresión, las cuales acompañarán al niño a atravesar los diferentes procesos en el espacio, como la socialización y el de identidad. En estos procesos de auto descubrimiento, las cuidadoras tiene un rol de acompañar el tránsito del reconociendo de los propios recursos de cada uno. Es decir, poniendo palabras a las emociones que experimenta, describiendo la situación que está pasando, indagando en su pensamiento e ideas en momentos de auto exploración.
Por eso, las cuidadoras en Jacarandá no solo están atentas de la seguridad básica de los niños, también cuidan desde el interés lo que hay detrás de una mirada, palabra – balbuceo, un juego, un movimiento, cada expresión posible que pueda traer el niño al espacio; generando seguridad y confianza para seguir atravesando los procesos que siguen, con sus propios recursos.
