Si bien este proceso se va dando de manera natural, es importante reconocer que cada niño desarrolla las habilidades de lenguaje y habla de distintas maneras y en distintos tiempos. Naturalmente, este proceso dependerá del ambiente y las posibilidades que tenga el niño de explorar sus habilidades en el lenguaje.
Desde muy pequeños, el lenguaje se va dando a partir del reconocimiento estímulo – reacción (llorar para pedir comida, contención, compañía), para luego ir reconociendo voces recurrentes como la de la madre y el padre. Con el tiempo van relacionando los sonidos con las palabras, dándoles un significado. Así, poco a poco van adquiriendo vocabulario, para luego construir frases y finalmente oraciones cada vez más complejas.
A lo largo de este proceso, es importante tomar en cuenta algunos aspectos como el tipo de lenguaje que utiliza el adulto; este lenguaje es el que el niño o niña va ir reteniendo y con el cual se va ir identificando para luego darle uso según sus necesidades. Utilizar palabras simples y frases cortas, acompañados de gestos y expresiones corporales, permitirá que el canal de comunicación sea más ligero y accesible a ellos.
También, es importante tomar en cuenta que el lenguaje se irá desarrollando según las necesidades que surjan; es decir, si el adulto todo tiempo esta disposición del niño/a, atendiendo las necesidades antes de que puedan expresarlas de alguna forma, si no le brinda vocabulario y expresiones que pueda replicar, es probable que el proceso de desarrollo del lenguaje se retrase o se vea interferido. Será importante propiciar en la cotidianidad expresiones comunicativas (así sean corporales o sonidos) para que puedan ir interiorizando la comprensión del lenguaje. Además, acompañar la comunicación con gestos que expresen el mensaje, tonos de voz que vayan acorde con los que se está mencionando, el cuerpo a la altura del niño también generará una recepción más completa del lenguaje.
Cuando hay dificultades en el proceso de desarrollo del lenguaje, puede involucrar tanto la el fonema (cómo salen las palabras) como el habla (la forma en la que se producen las palabra). Puede aparecer en un solo aspecto o en ambos, puede percibirse en el lenguaje expresivo (cómo se expresan) o en el comprensivo (cómo entienden lo que recepcionan). Estas dificultades se pueden observar desde las prácticas mencionadas y la interacción con otros; mientras más necesidad de comunicarse tengan, más posibilidades hay para detectar alguna dificultad y abordarla.
El proceso de desarrollo del lenguaje debe ser acompañado de manera integral; es decir, no solo con palabras, sino con gestos, cuerpo, miradas y emociones. Brindarles herramientas para la expresión y comprensión del lenguaje es tarea de los adultos que acompañan estas primeras etapas; pues también es una forma de darles diversas posibilidades de desarrollo y autoconocimiento.
Lucía Rojas
Noviembre 2023